domingo, 8 de mayo de 2011

Gerardo Diego

(Santander, 1896 - Madrid, 1987)


SUCESIVA


   DÉJAME acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.


   Onda tras onda irradian tu frente
y, mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.


   Así te quiero, fluida y sucesiva,
manatial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.


   Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.


                    (De Alondra de verdad. Madrid, 1941)



EN MITAD DE UN VERSO

   Murió en mitad de un verso,
cantándole, floreciéndole,
y quedó el verso abierto, disponible
para la eternidad,
mecido por la brisa,,
la brisa que jamás concluye,
verso sin terminar, poeta eterno.

   Quien se muriera así
al aire de una sílaba.

   Y al conocer esa muerte de poeta,
recordé otra de mis oraciones.
"Quiero vivir, morir, siempre cantando
y no quiero saber por qué ni cuándo."
Sí, en el seno del verso,
que lo concluya y me concluya Dios.

                         (De Cementerio Civil. Barcelona, 1972)

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