Declarado Monumento Nacional en 1907 y hoy Parador Nacional.
Hasta aquí llegamos bordeando el río Sella, en las cercanías de Cangas de Onís.
En el meandro que forma el río.
Los inicios de este santuario se remontan al siglo VIII, en tiempos de Alfonso I, apodado "el católico".
Pero veamos cómo se sucedieron los acontecimientos en aquellas lejanas fechas.
Debieron ser tiempos confusos los que sucedieron al año 711, cuando el rey visigodo Rodrigo fue vencido por las tropas musulmanas en la batalla de Guadalete.
Con la entrada de los árabes en la Península, el viejo orden visigodo se desintegra, y un nuevo orden árabe le va a suceder. Tuvieron entrada fácil los árabes en la Península y no les fue difícil establecerse.
Mientras tanto, arropado por la difícil orografía asturiana, Pelayo logrará liderar las tribus dispersas de la montaña oriental de Asturias y formar una nueva dinastía que resistirá al dominio musulmán.
Imagino en esta época al río Sella correr salvaje entre un tupido bosque. Y a las xanas del lugar, sentadas a su orilla peinándose su largo cabello en las noches de luna llena.
Parece ser que tras la muerte de Pelayo, le sucedió en el trono su hijo Favila. Cuenta la leyenda, que Favila era pendenciero y que descuidaba con facilidad los asuntos de gobierno; y algo cierto habría, ya que, por todos es sabido en estas tierras asturianas, que fue muerto por un oso en el año 739; es decir, si fuera cierto que gobernó, su reinado fue muy corto pues duró tan solo dos años.
Le sucedió Alfonso que no era astur sino cántabro, pero que estaba emparentado con la estirpe real asturiana al haberse casado con Ermesinda, hija del rey. Alfonso era pues, yerno de Pelayo y cuñado de Favila.
Poco han tardado los rumores en recorrer caminos y veredas: cuentan la trágica muerte de Favila y todos se vuelven hacia Alfonso para mirarle como futuro rey del Regnum Asturorum, como se diría en latín.
Cabalga Alfonso por las montañas mientras su cuñado Favila yace muerto.
Se dirige hacia Cantabria donde se encuentra su pueblo natal pensando que la unión de cántabros y astures podría forjar un núcleo de resistencia sólida contra los moros, y ¿quién sabe? también ampliar su territorio más allá de las montañas...
Su embajada ante las tribus cántabras tuvo éxito y en adelante cántabros y astures seguirán juntos su pericia contra el moro y ampliarán su territorio al otro lado de las montañas.
Fueron muchas las victorias que obtuvieron de esta unidad, tantas, que la monarquía asturiana se consolidó durante su reinado e inició un período de afianzamiento y expansión.
A la vez que se iniciaba la Reconquista, también se fortalecía la fe católica hasta el punto de que Alfonso I pasará a la historia con el sobrenombre de "El Católico".
Y para mostrar a la historia que ambos poderes -monarquía y fe católica- correrían paralelas, el 24 de febrero de 746 cede propiedades para el establecimiento de un monasterio, y este se hizo realidad en el entorno donde hoy se encuentra el Parador.
En aquel entonces, yo imagino que este paraje era un tupido bosque que alcanzaba la orilla del río; también imagino muchas xanas correteando entre los árboles y bañarse en las aguas plateadas en las noches de luna llena.
Es por esto, que también imagino cierto revuelo entre los lugareños de entonces, al ver el ajetreo de monjes en el lugar donde las xanas acudían a peinar sus largos cabellos. Pero nada pudieron hacer y aquel mágico entorno se convirtió desde entonces en un lugar habitado por aquellos que rendían culto al Dios único de los católicos.
Alfonso I El
Católico reinó desde el año 739 hasta el 757 y le sucedieron otros reyes que continuaron su labor de consolidación y expansión de la monarquía asturiana y católica hasta..., bueno hasta que se logró reconquistar todo el territorio peninsular y unificarlo bajo la fe católica.
Lo que existe en la actualidad corresponde a época románica y barroca. La transformación del templo en monasterio benedictino aconteció en el siglo XII.
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