Tarde de domingo de Junio, lluviosa y gris. Un libro entre
mis manos Nieve en Otoño. Me sumerjo
entre sus páginas y me traslado a la mansión rusa donde los ecos de la Primera
Guerra Mundial están posándose sobre los personajes que pululan por sus
estancias. Y en el leve tránsito que me lleva de una página a otra recorro sus
rincones desde el esplendor inicial a la imparable decadencia que sobreviene
tras la guerra y la revolución y de nuevo la guerra… Permanece la lealtad, la
nostalgia, el amor que se abren paso a través del personaje de Tatiana, testigo
mudo de aquella Rusia convulsa.
La escritora: Irène Némirovsky
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